Mientras un ladrón que entra en un piso en una ciudad intenta actuar con rapidez para evitar ser descubierto por los vecinos y se lleva objetos de valor pero poco voluminosos, los asaltos a inmuebles de veraneo y residencias aisladas suelen conllevar indemnizaciones más elevadas. En esos casos, los delincuentes disponen de más tiempo y calma para operar sin temor a ser detectados. Este patrón queda de manifiesto cuando se mira el coste de los robos por municipios.
La prueba del cambio en el comportamiento de los ladrones es el reparto territorial de los robos. Prácticamente todas las provincias donde la probabilidad de sufrir un robo es mayor que la del conjunto de España se encuentran en la costa. O más en concreto, en el litoral mediterráneo. Es el caso de Gerona, Tarragona, Barcelona, Murcia…
En la lista de los municipios donde es más fácil padecer un robo en casa abundan las localidades situadas en la costa. De hecho, prácticamente todas se encuentran en Cataluña. Son Gerona, Sant Cugat del Vallès, Barcelona, Mataró y Reus.