Las estadísticas son algo mejores en los atracos con violencia, con uno de cada tres casos resueltos, pero empeoran en los asaltos a domicilios
Solo uno de cada cinco robos en España llega a esclarecerse. Se trata de una ratio descorazonadora a simple vista. En los últimos años, se observa que el porcentaje de aquellos delitos contra el patrimonio que se resuelven permanece casi inalterable entre el 17% y el 18%. ¿Es ese, por tanto, el rendimiento máximo que puede alcanzar el sistema policial y judicial con su actual configuración?
El apartado general de delitos contra el patrimonio contiene subtipos tan distintos como el robo con fuerza en establecimiento comercial, en interior de vehículo o robos con violencia, por poner solo algunos ejemplos. Sin embargo, el hurto, el robo al descuido, aquel en que la víctima no se da cuenta de que ha sufrido una sustracción sigilosa hasta que no revuelve su bolso de mano para buscar su teléfono o su cartera, es el cuantitativamente más numeroso, como ha sido históricamente.
En 2020, se denunciaron en España 420.950 hurtos. Los esclarecidos ese mismo año fueron 77.262, es decir, un 18% de los denunciados. Como se ve, los hurtos arrojan un índice de esclarecimiento que coincide con el indicador general medio: solo uno de cada cinco de estos robos se resuelve.
Los robos en domicilio que llegan a resolverse representan solamente el 14% de los denunciados
Es un delito que, aunque muy extendido, genera un sentimiento de vulnerabilidad muchísimo menor en la víctima que un robo a punta de navaja o una paliza para robarle un reloj de lujo por la calle. En 2020, el índice de esclarecimiento de los robos con violencia fue del 32%, sensiblemente superior al de los hurtos.
“Más allá de la dificultad que entraña identificar a un ladrón al descuido, que puede que ni siquiera haya sido visto por la víctima, los asuntos que tienen incidencia directa en la seguridad física de las personas tienen prioridad”, explican fuentes de la Dirección General de la Policía cuando se les comparan los resultados de los hurtos y los robos con violencia.
En esta línea argumentativa, encaja perfectamente el hecho de que durante el ejercicio 2020, se denunciaran 298 asesinatos y homicidios y quedaran esclarecidos 234. “En estos casos, se vuelcan tantos recursos como sea necesario”, aclaran las citadas fuentes.
En ámbitos policiales, se explica que, tanto en los hurtos como en los robos con violencia, se da lo que se conoce en unos casos como cifra oculta y, en otros, como denuncia falsa. Ello hace que las estadísticas tengan que ser necesariamente ponderadas.
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El Ministerio del Interior recopila los datos de todas las policías del país para crear sus estadísticas
Muchas víctimas de hurto acaban por no denunciar si, por ejemplo, no han perdido su documentación durante el robo e incluso en esos casos alegan a veces extravío. En cambio, algunas víctimas de hurto denuncian que han sufrido otro tipo de asalto, como el robo con violencia, para así poder cobrar el seguro.
Este falseamiento de la realidad se da a veces en casos de sustracción de teléfonos móviles de alta gama por poner un ejemplo. En las oficinas de denuncia, los agentes se muestran vigilantes para atajar estos fraudes, pero no siempre es posible.
La bajada de ilícitos de 2020
El año del confinamiento delictivo
Las cifras de delitos en España cayeron en España durante 2020 de manera muy acentuada, y muy significativamente durante los periodos de confinamiento forzoso. Todos aquellos ilícitos penales que para su ejecución exigían movilidad, desplazamiento o interacción social se vieron muy seriamente disminuidos. La mera presencia de alguien por la calle que no pudiera justificar debidamente su ubicación en el exterior resultaba llamativa cuando no sospechosa. Además, como los agentes de la ley solicitaban con mayor frecuencia la documentación a quienes deambulaban por la calle, cualquier delincuente, por ejemplo, con antecedentes, y mucho más con reclamaciones judiciales pendientes, se guardaba muy mucho de ponerse al descubierto. Es por ello que se observa en la estadística, que los delitos contra el patrimonio durante el 2020 cayeron en 400.000 ilícitos con respecto a las cifras del año anterior. Por contra, los delitos que no requerían interacción interpersonal se multiplicaron. Se trata de un fenómeno que todavía se mantiene y que se ha convertido en una constante. Así, con la irrupción súbita del teletrabajo y la extensión de todo tipo de gestiones por internet, los ciberdelitos se incrementaron notablemente, tales como estafas o secuestro de datos.
Si hay otra tipología delictiva dentro de los ilícitos penales contra el patrimonio, que hace que la víctima vea también muy invadida su intimidad y despierte en ella sentimientos de vulnerabilidad, esa es la del robo en domicilio y sus diferentes modalidades.
Estas irrupciones en una morada se pueden dividir en dos. Sin duda, la que genera un mayor trastorno es aquella que se produce en el domicilio habitual, pues también puede darse en una segunda residencia.
Los robos con fuerza en domicilio se dan de manera claramente preferente cuando los ocupantes se encuentran fuera de la vivienda. Los malhechores pueden cometerlos aprovechando una larga ausencia –por un viaje de trabajo o unas vacaciones– o, incluso, durante las horas de la jornada laboral.
Actualmente, los llamados robos silenciosos que se producían en pisos mientras sus moradores dormían son muy poco frecuentes.
Los robos con fuerza en domicilio arrojaron durante 2020 una tasa de esclarecimiento algo inferior a la media global de los delitos contra el patrimonio. Se denunciaron 72.380 casos y se esclarecieron 10.753, es decir, un 14%.
El Ministerio del Interior reúne cada año la estadística de hechos conocidos por las diferentes policías (incluidas las autonómicas y las forales), es decir, de las denuncias, y también la de aquellos asuntos que los diferentes cuerpos afirman haber esclarecido. Esos registros son los usados para elaborar el presente reportaje.
Aunque haya quien piense que sea añadir una mayor complejidad a los análisis ya expuesto, cabe señalar que no siempre un caso que policialmente consta como con autor identificado es un caso en el que hay, al menos, un detenido. En ocasiones, se logra identificar de manera indubitada al responsable, por ejemplo, de un asalto a una farmacia, pero sin embargo no se le localiza y, por tanto, no se le detiene. En ciertos casos y pese a no poder poner al presunto autor ante la justicia, ese expediente consta en comisaria como un asunto esclarecido.
Durante 2020, la Fiscalía abrió 277.136 diligencias previas por delitos contra
el patrimonio
Si se deja atrás la fase policial y se avanza en el terreno judicial, las variables se amplían notablemente. Habrá quien crea que solo puede darse por resuelto un delito cuando el culpable acaba condenado. Se considera que un expediente va a prosperar cuando la fiscalía abre diligencias y las lleva ante un juzgado.
Fuentes de la Fiscalía General del Estado explican a este diario que la apertura de diligencias no implica ni mucho menos que un asunto quede judicialmente resuelto. “En ocasiones, las diligencias se abren y al final, por diferentes circunstancias, se cierran. Las hay que llegan a juicio, pero hay que recordar que el acusado puede quedar condenado o absuelto”, relatan estas fuentes.
Según datos de la Fiscalía, en 2020 se abrieron en España 277.136 diligencias previas por delitos contra el patrimonio. Esa cifra representa el 21% de la cantidad de robos denunciados durante 2020, que, según el Ministerio del Interior, fueron 1.304.424.
Las diligencias previas hacen en ocasiones referencia a hechos ocurridos en años anteriores al momento de su apertura, lo que añade una nueva variable al difícil análisis de los datos y a alcanzar de un modo totalmente fiable la cifra de cuántos robos quedan impunes en España.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/sucesos/20220116/7987234/policia-esclarece-cinco-robos-espana.amp.html